El mismo día que hice la ferrata de la Peña del Cid, en Libros, me acerqué con la familia para hacer este curioso barranco. Como sólo yo está como una cabra en mi familia, hice el barranco en solitario, lo cual no es muy recomendable, pero bueno, al menos sabían donde estaba...
Llegamos al bonito pueblo de Tramacastiel, y seguimos la carretera hasta que ésta se convierte en una pista sin asfaltar, y finalmente aparcamos en una explanada al lado de una ermita, no tiene pérdida.
Sí que es conveniente seguir con el gps o el móvil un track para llegar a la cabecera del barranco. No es que sea enrevesado ni largo, pero no hay ningún cartel, aunque sí que hay fitas. El entorno es impresionante, con peñas enormes y colores rojizos muy bonitos.
El barranco tiene 10 rápeles; el primero me lo salté sin percatarme, aunque ya había leído que era destrepable. Enseguida me metí por el sumidero en la más absoluta oscuridad, descendiendo ahí los rápeles más largos que tiene este barranco-cueva (16 m el más largo), que se encadenan uno tras otro, no tiene pérdida. No hay estrecheces en ningún sitio, y las reuniones son cómodas.
El frontal por supuesto es necesario.
Finalmente se sale de nuevo al exterior, y para no hacer esperar mucho a la familia, me salté los dos últimos rápeles, que son bastante tendidos y evitables por senda.
Se sale finalmente a una zona muy bonita donde nace el río Tramacastiel o Regajo. Es un buen sitio para tomar algo, aunque recomiendo ir a comer o tomar algo en alguno de los municipios de esta zona, ya que algunos están azotados por la despoblación y el turismo de aventura puede ser de gran ayuda.
Colores espectaculares ya desde el principio |
Principio del barranco |
Uno de los rápeles largos, en éstos me autoaseguré con el Shunt |
El penúltimo rápel antes de salir de la cueva |
La salida |
El barranco discurre por dentro de esas peñas espectaculares |
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