Así que nos apuntamos para vivir esa nueva experiencia Raquel, Manolo, Fede, Inma y yo (Toni).
Quedamos con la gente del Club Amigos del Buceo a las 7:15 (esta no se la perdono a Calo) para comentar en que consistía la actividad y como nos íbamos a organizar.
Después salimos todos hacia la Malvarrosa (evidentemente casi llegamos los primeros).
Primero pasamos a inscribirnos, donde nos dieron una bolsa con algún que otro regalo (por cierto, chulísima la camiseta, de verdad).
Luego tomamos un pequeño desayuno, y empezamos a montar los equipos.
A nuestro grupo, nos tocaba al final de la línea de playa, es decir, los primeros buceadores entrarían al agua a la altura de las Arenas y los últimos (nosotros) ya en el 2º puesto de la cruz roja en dirección a la Patacona. El pateo hasta allá fue importante, eso sí, menos mal que pudimos cargar los equipos en una furgoneta de la organización.
Una vez en la orilla de la playa y bajo la atenta mirada de los bañistas, nos equipamos y esperamos a la señal para entrar en el agua (que calorcito!!!!).
La idea era ir en grupos de 4, más un "responsable" que tenía que controlarnos, ir avanzando por el fondo recogiendo basura que después depositaríamos en unos barcos que nos esperaban a cierta distancia de la costa.
Por fin sonaron las salidas y fuimos todos al agua. Costaba andar con las aletas y cargados con botellas y plomos, así que en cuanto conseguimos un poco de profundidad nos sumergimos . No se veía nada!!!!! Visibilidad nula!!! La verdad es que ya nos lo esperábamos, pero siempre esperar ver un poco más... Inmediatamente empezó el caos!! Raquel y yo no teníamos brújula por lo que nos desorientamos rápidamente y empezamos a bucear paralelos a la costa. Tras 2 intentos conseguimos pillar el rumbo correcto. Enseguida perdimos a la otra pareja y al responsable, y nosotros continuábamos juntos porque íbamos cogidos de la mano.
Así seguimos. Al rato hice una subida a superficie para comprobar que el rumbo era el correcto, e inmediatamente perdí a Raquel. La lancha de la guardia civil, nada más verme empezó a recriminarme que qué hacía solo, que dónde estaba mi responsable, que me saliera del agua, etc, etc. Yo no se que les pasa a esta gente, pero parece que viven siempre amargados, porque sinceramente creo que hay muchas formas de decir las cosas... en fin, al final por las burbujas pude localizar a Raquel y otra vez para abajo...
Tras 3 subidas a superficie y poco antes de llegar a los barcos decidimos dar la vuelta. Raquel estaba un poco mareada, y no parecía que fueran a cambiar mucho las cosas sobre la cantidad de basura que íbamos a encontrar por la zona en que nos habíamos sumergido. Así que igual que habíamos entrado, buceamos hasta la orilla.
Una vez, fuera del agua, pudimos comprobar que había habido más incidencias de lo que en un principio parecía: gente con calambres, mareos, vómitos, buceadores perdidos, etc. Nada grave, pero que da una idea de que la inmersión fue bastante más complicada y exigente de lo que en principio parecía, sobretodo por la escasa visibilidad.
En fin, toda una experiencia, que seguramente repetiremos.
De izquierda a derecha: Manolo, Raquel, Toni e Inma.
Manolo, Juan Carlos y Raquel esperando en la orilla a que se hiciera la hora. Al fondo se puede ver la cantidad de buceador que éramos.
Los 5 componentes del equipo: (De izq. a dcha.) Inma, Toni, Manolo, Raquel y Calo.
Charlando con una periodista del Levante-EMV que nos hizo algunas preguntas y fotos.
Todos al agua!!!! (Andábamos de espaldas a causa de las aletas)
Comiendo una paellita para reponer fuerzas con Eva, Marina y Fede (el otro buceador)
Inma y Manolo en el Levante-EMV.
