jueves, 30 de agosto de 2018

Túneles de la Guerra. Paso Falzarego. Dolomitas.

Se preveían tormentas ese día en Dolomitas, así que una buena opción con las niñas para un día lluvioso podía ser descender los túneles de la Guerra donde estaríamos protegidos de las inclemencias del tiempo.

En el Passo Falzarego tenemos que coger el funicular que en pocos minutos nos lleva al refugio y al museo de la Guerra (sorprendentemente el museo es de las pocas cosas que son gratuitas en Dolomitas).

No se si buscamos la aventura o la aventura viene a nosotros, pero lo que en teoría iba a ser una divertida excursión con las niñas, se convirtió en toda una aventura.

Al llegar al refugio una impresionante tormenta con rayos, truenos, mucha lluvia y una fuerte granizada,  nos impidió salir al exterior. Así que aprovechamos para ver el detalle el museo de la Guerra y entender el sentido de los túnels. Inicialmente los austríacos los construyeron para defenderse de los italianos durante la primera guerra mundial, y los italianos, consientes de que no tenían otra forma de enfrentarse a ellos, construyeron otros túneles desde la base de la montaña hasta llegar a la altura de los austriacos. Impresionante.

Tras la tormenta no llegó la calma, pero sí una pequeña tregua que aprovechamos rápidamente para salir al exterior y echar un vistazo rápido a la parte austríaca e ir en busca de los túneles italianos que pensábamos descender. Con esas condiciones metereológicas he de decir que éramos los únicos que nos atrevimos con el descenso, por lo que como siempre, la sensación de soledad aumenta aún más si cabe la aventura.

La lluvia empezaba a arreciar, y tremendos truenos nos avisaban de lo que se acercaba, así que teníamos qu encontrar rápidamente la entrada del túnel (y en nuestro caso lo que sería también nuestro refugio), el tiempo era oro y por fin en unos pocos minutos llegamos a la entrada. Justo a tiempo!

Una pequeña puerta de madera, daba acceso a la oscuridad total, sin indicaciones, sin estar seguros del camino, nos metimos en el interior a toda prisa. Mojados, lo primero que notamos era la baja temperatura de su interior. La verdad es que la situación impresionaba (más que nada por lo desconocido), pero no había que transmitir nuestra preocupación a las pequeñas. El regreso era imposible con la que estaba cayendo, así que la opción era seguir. Encendimos frontales, nos pusimos los guantes e iniciamos el descenso hacia lo "desconocido".

La situación nos hacía pensar lo dura que sería la vida de los soldados, con esa humedad, ese frío y con los truenos que parecían las bombas que en otro tiempo se escucharían, eso sí, al menos ellos no se sentiría tan solos.

El descenso es bastante cómodo, pero en nuestro caso, debido a las intensas lluvias, se formó un pequeño río que descendía por los escalones. A los pocos minutos para preocuparnos aún más, llegamos a una bifurcación, por lo que nos hizo dudar del camino a tomar así que tomamos uno por intuición sin estar seguros (más tarde nos dimos cuenta que daba igual, ya que ambos túneles se volvían a unir más adelante).

Las niñas se quejaban del frío, tenían las manos heladas, ya que el cable que nos sirve de barandilla está muy frío y además mojado. Pero la única opción en ese punto era seguir y descender.

Poco a poco, íbamos bajando, llegando de vez en cuando a alguna ventana por dónde entraba algo de luz, impresionantes las vistas! algún nido de ametralladoras, alguna pequeña sala con alguna explicación, etc.

Pasada la primera hora, la temperatura ya no era tan fría, la lluvia parecía que amainaba e incluso empezaba a salir el sol... por fin, después de un par de horas, llegamos al exterior, prueba superada! Ya sólo quedaba continuar la senda que por el exterior y en cómodo descenso nos lleva hasta el aparcamiento.

Una actividad altamente recomendable, que si nos olvidamos de nuestras penalidades, es muy interesante y perfecta para disfrutar en familia. Un día con buen tiempo, con gente bajando y subiendo, sin agua, la sensación seguro que es muy diferente. Las vistas impresionantes.

Imprescindible: Frontal, casco, botas de montaña, guantes para cogerse al cable y ropa de abrigo.

Las trincheras austriacas

Camino al túnel italiano


La entrada al túnel italiano

Iniciamos el descenso






Vistas espectaculares con un mar de nubes



Se acabaron los túneles












miércoles, 29 de agosto de 2018

Vía ferrata Nuvolau. Dolomitas.

Este día habíamos planeado una actividad más sencilla con las niñas (10 años y medio). La idea era una ruta circular, ascendiendo al refugio Nuvolau desde Paso Giau por las pequeñas vías ferratas, descendiendo después por la senda que nos conduce de nuevo al aparcamiento.

Nosotros aparcamos en Paso Giau, donde iniciamos la ruta siguiendo un amplio camino, después de unos cuantos metros llegamos a una bifurcación, debemos seguir por la 443 hasta llegar al desvío a la izquierda por la ruta 438 que nos conduce al inicio de la ferrata Nuolau. La ascensión es larga hasta el inicio de la vía. Esta ferrata es muy sencilla y se asciende sin ninguna dificultad, de hecho nos encontramos con gente que iba sin arnés ni disipador (es más un corto camino equipado). Una vez superada la ferrata seguimos en dirección al refugio por un impresionante lapiaz que tiene aspecto de un paisaje lunar. Siguiendo la senda, llegamos al siguiente tramo de ferrata que aunque un poco más aéreo, al igual que el primero se supera sin dificultad, ofreciendo unas magníficas vistas de la zona. Una vez ascendida llegamos al refugio Nuvolau, que por desgracia y como el resto de las Dolomitas, se puede subir tras un breve paseo desde un teleférico por lo que nos lo encontraremos lleno de turistas.

Desde el refugio, podemos descender al refugio Averau, y desde éste por la 452 volvemos al Paso de Giau, inicio de la ruta donde habíamos aparcado el vehículo.

Una bonita excursión, con un par de tramos equipados que nos permite disfrutar de un bello recorrido. El recorrido aunque no es difícil, si que es duro por el desnivel (aproximadamente 600m de desnivel), las ferratas son cortas y sencillas, por lo que tenemos que plantearnos esta ruta más como una excursión que como el ascenso de una ferrata. A nosotros el recorrdio nos llevó aproximadamente unas 5 horas y media.



El inicio de la ruta

Añadir leyenda

La bifurcación que temos que tomar

El último tramo de ascensión antes del inicio de la vía

Listos para el ascenso por la vía ferrata

El primer tramo de ferrata

Paisaje lunar


El segundo tramo de ferrata antes del refugio Nuvolau









lunes, 27 de agosto de 2018

Vía ferrata de Las Trincheras. Dolomitas.

Una de las actividades que teníamos planeada por los Dolimitas era realizar esta vía Ferrata. La duda que tenía es si sería apta para mis 2 hijas (10 años y medio), y en principio parecía posible después de todo lo que había leído por ahí...

Para acceder a la vía podemos subir caminando desde el Paso Fedaia (unas 2 horas y media) pero lo más sencillo, si queremos ahorrar tiempo, es tomar el funicular de Arabba que te deja a apenas 15 minutos del inicio de la vía, opción por la que optamos nosotros. Una vez salimos del funicular nos sorprendió la cantidad de nieve que había para ser agosto. Había nevado 2 noches antes pero pensaba que ya no quedaría nieve, gran error, había zonas con más de 50cm de nieve.

Comenzamos a caminar hacia el inicio de la vía, pero con tanta nieve, el camino no estaba nada claro y además bastante complicado (no llevábamos crampones), aún así, poco a poco y sin seguir el camino (estaba impracticable) conseguimos llegar con esfuerzo hasta al inicio de la vía.

Poca gente había llegado hasta allí y de los que llegaban sólo 2 parejas se aventuraron a subir, el resto se daba la vuelta.

El primer tramos es la parte más difícil y selectiva de la vía. Este tramo (como en casi todo el resto de la vía) no tiene escalones, por lo que sólo nos queda la roca y el cable de vida. Es ascenso es duro, ya que nos obligará a tirar de brazos y además impresiona bastante. En nuestro caso, llevábamos una cuerda, por lo que después de subir yo solo el primer tramo, aseguré a mis hijas y mujer. He de decir que sin la cuerda no habrían subido. En mi opinión, se trata de un paso selectivo, en el que hay que dominar muy bien las técnicas de escalada o tener suficiente fuerza de brazos. Si no, sólo queda la opción de ir encordados (así lo hizo un padre con su hijo adolescente delante de nosotros), o asegurar desde arriba como hicimos nosotros. Si no, olvidaros.

Como decía, el resto de la ferrata es más sencilla, con algunos pasos delicados pero que se pueden superar con algo de ayuda sin dificultad.

En nuestro caso el espectáculo era impresionante, totalmente solos, disfrutando de unas vistas increíbles con paisajes nevados. Impresionante. Sólo por estas vistas ya valen la pena acercarse a hacer esta vía.

Pero el tiempo iba pasando... Debido a la nieve y a lo que nos costó el tramo de inicio de la vía, habíamos perdido mucho tiempo y además el avance con las niñas era más lento que personas adultas. Pese a todo, estábamos sorprendidos de como se estaban desenvolviendo las pequeñas por la vía. Increíble la habilidad, fuerza y soltura con la que superaban los pasos. A veces el cable de vida les quedaba tan alto que tenían que se quedaban colgadas de él, teniendo que avanzar como un pasamanos.

Nuestra idea inicial, era abandonar la vía en el punto donde lo hace la mayoría de la gente, pero una vez llegamos al escape, no había forma de bajar. El camino de descenso había desaparecido por la nieve, y con la pendiente era imposible descender sin crampones ni piolet. Por tanto, sólo nos quedaba la opción de seguir la vía... El problema era que el último funicular descendía a las 17:50¿? por lo que era imposible que llegáramos a tiempo, eso suponía el descenso a pie hasta Arabba que costaba más de 2 horas. En fin, no había opción. Lo importante era terminar y bajar de la ferrata.

Como decía, seguimos la vía con pasos de distinta dificultad pero asequibles. Lo más peligroso fueron un par de tramos en los que había que avanzar por una estrecha senda sin cable de vida y con un precipicio al lado. Estos pasos no tienen dificultad un día normal, pero con nieve la cosa cambia mucho. De nuevo tuvimos que utilizar la cuerda para asegurar a las pequeñas. Uf!

La vía seguía y seguía y cada vez se hacía más tarde. Ahora, el problema ya no era el haber perdido el funicular, si no que se nos iba a hacer de noche, y aunque llevábamos frontales, no parecía muy buena idea estar colgados de la pared de noche, solos, sin haber comido, las niñas con los pies mojados y agotados...

La situación empezaba a ser comprometida, la ferrata seguía y seguía... por lo que llegados a una ladera vimos en la parte de abajo el GR que transcurre paralelo a la ferrata, quizás hubiera sido más corto seguir, pero como no lo teníamos claro decidimos abandonar la vía y descender hasta el camino. La bajada no fue nada fácil, ya que aunque esa ladera no tenía nieve, la elevada pendiente, hacía muy complicado el descenso. Teníamos que descender a modo de cangrejo a 4 patas, intentando no resbalarnos y perder el control. Más de una vez tuve que coger a alguna de mis hijas que empezaban a bajar a toda velocidad... Uf!

Por fin, tras un buen rato de sufrimiento conseguimos llegar al GR!!! Salvados!!!??? Aunque habíamos podido salir de la ferrata sanos y salvos, la noche se acercaba... El regreso a Araba suponía un camino muy largo, por lo que optamos por intentar bajar al Paso Fedaia, camino mucho más corto donde nos recogería un compañero. El problema es que no conocíamos el camino y la noche se acercaba.

Según el mapa, el camino de descenso empezaba en el refugio de Padon, así que corriendo (literalmente) me adelanté para ver si veía el refugio... pero no, no llegaba nunca. Lo que sí que ví, fue lo que parecía un poste de un telesilla, que según el mapa parecía que subía al refugio. Decidí dar media vuelta para acompañar a las pequeñas por el camino y la nieve, llevaban los pies empapados y helados, pero aún así no perdían la sonrisa. Por fin, tras un buen rato caminando llegamos al refugio!!!! Ahora sí Salvados!!! Si fuera necesario podríamos pernoctar ahí, lo que no fue necesario, ya que la bajada hasta donde nos esperaba nuestro compañero era de apenas media hora y por un ancha pista, así que sin parar ni un segundo empezamos el camino de descenso con los frontales hasta llegar al coche.

Fin de la aventura!

Mi opinión: Ferrata asequible, excepto el primer tramo. Tramo muy selectivo. Si hay nieve la cosa se complica mucho. La ferrata si se quiere hacer completa es necesario madrugar ya que si no no llegaremos al último teleférico y habrá que bajar a pie. Además, se pierde mucho tiempo en el primer tramo si hay que esperar a otros grupos. Vistas impresionantes del entorno, con el glaciar de la marmolada en frente. Niños? Dificilmente podrán superar el primer tramo sin ayuda. El resto posible (con ayuda en algún que otro paso). Sinceramente, no hay prisa... mejor a partir de 12 o más años y por supuesto con experiencia.


Nada más salir del teleferico camino al inicio de la vía

Ascendiendo campo a través hacia el inicio

El inicio de la vía sin ningún escalón. No es sencillo.

Asegurando (o subiendo) a una de las pequeñas.



También necesitaron ayuda en algún que otro paso


Vistas espectaculares



Caminando por los picos






El puente, muy sencillo

El lago de Fedaia



Uno de los flanqueos, con nieve fue un paso muy delicado



Tramos de descenso