Esta vez montamos una quedada barranquista internacional en Pirineos. Varios amigos de Madrid e Irlanda junto con los que acudimos de València nos juntamos para disfrutar juntos de esta actividad.
Como éramos muchos barranquistas con distintos intereses, decidimos dividirnos, nosotros nos fuimos al de Lapazosa.
Como he dicho el objetivo inicial era hacer el de Lapazosa, y para allí fuimos Kiko, Jairo, Paco, Raquel y Toni. De camino a Bujaruelo pudimos observar lo "cargaditos" que iban este año los barrancos, por lo que ya empezó a entrarnos un poco de intranquilidad... en infocaudales había bastante controversia de cómo bajaba el barranco (que "en su punto", que "divertido" que "cargadito", etc) y por último daban tormentas a partir del medio día, en fin, que al final 3 miembros no lo veíamos claro y decidimos desistir, aunque Kiko y Jairo más valientes, sí que se animaron.
Nosotros teníamos que buscar una alternativa cercana y posible, debido a la hora y al material que nos había quedado. La decisión fue acercarnos al Furco aunque Paco ya lo había descendido justo el día anterior (gracias Paco por repetirlo por nosotros).
Para llegar al Furco, desde la población de Broto dejamos el coche al lado de la carretera, en un hueco en que sólo caben 2 o 3 coches. En esta zon alguno había tenido un apretón (no se si por el miedo al barranco), pero que peste!! En fin, la gente podía ser un poco más respetuosa...
Desde el aparcamiento hay que ascender por una senda a mano derecha que en menos de media hora nos acerca al inicio del barranco. Una vez equipados, descendemos por el lateral de una presa donde unas cadenas nos ayudan en el descenso y luego otras cadenas nos permiten alcanzar la cabecera del primer rápel. Este rápel es el más espectacular. Después 2 rápeles más y un tobogán o salto de 8 metros, lo que cada uno prefiera (incluso ambas cosas ya que una cuerda permite ascender de nuevo).
Después de un par de horas llegamos a la final del barranco, donde una corta senda nos conduce a los coches.
Un barranco "sencillo" sin dificultades del cual disfrutamos un montón.
Luego unas jarras de cerveza helada (de estas que no se olvidan) nos sirvió para esperar al resto de compañeros a que volvieran de sus respectivos barrancos.