sábado, 14 de julio de 2018

El Gorgo de la Escalera. Anna. València.

Como muchas otras veces, la noche antes estuvimos comentando de hacer alguna actividad con los niños y que fuera refrescante. La elegida fue el Gorgo de la escalera. Aunque ya habíamos hecho este barranco ya era hora de repetirlo esta vez con los más pequeños (eso sí, por falta de tiempo y dificultad no hicimos el último rápel). Aquí tenéis la anterior entrada de este barranco en este mismo blog.

Es un barranco muy sencillo con agua todo el año con sólo tiene 3 rápeles. El primero de 3metros, es segundo algo más complicado de 10m muy bonito y el tercero una vez superada la zona de baños de unos 30m, un rápel precioso. 

Destacar, que desde la última vez que hicimos este barranco en el 2014 hasta ahora, hemos visto que el primer salto que había ya no se puede realizar, la poza se ha colmatado de piedras por alguna crecida y ya no hay profundidad suficiente. Una pena, aún así queda el segundo salto al lado de la zona de baños.












domingo, 8 de julio de 2018

Barranco del Liri. Liri. Huesca.

Continuando con el finde de barrancos por Pirineos, esta vez nos acercamos a la localidad de Liri para hacer este fantástico barranco. Como el grupo era bastante heterogéneo, necesitábamos un barranco que nos satisfaciera a todos y el Liri lo hizo.

Además de grupo heterogéneo también éramos un grupo muy numeroso: Paco, Javito, Raquel,  Félix, Jairo, Anaís, Kiko, Arantxa, Shane, Alex, Elia, Isa y Toni. Total 13 personas, demasiadas para un barranco. En vez de hacer varios grupos, como teníamos material de sobra, optamos por instalar las 12 cascadas para de esta forma, el descenso fuera los más fluido posible. Así que los que tenían cuerda, tenían prioridad e instalaba una cascada, esperando a que descendiera TODO el resto del grupo para descender y desinstalar. De esta forma, lo que podría haber sido un suplicio (de tiempo) fue muy ágil y además divertido.

Un barranco muy deportivo, que no da pausa ya que los 12 rápeles son todos seguidos sin apenas caminar.

Un barranco que no nos defraudó en absoluto.


















sábado, 7 de julio de 2018

Barranco del Furco. Broto. Huesca.

Esta vez montamos una quedada barranquista internacional en Pirineos. Varios amigos de Madrid e Irlanda junto con los que acudimos de València nos juntamos para disfrutar juntos de esta actividad.

Como éramos muchos barranquistas con distintos intereses, decidimos dividirnos, nosotros nos fuimos al de Lapazosa.

Como he dicho el objetivo inicial era hacer el de Lapazosa, y para allí fuimos Kiko, Jairo, Paco, Raquel y Toni. De camino a Bujaruelo pudimos observar lo "cargaditos" que iban este año los barrancos, por lo que ya empezó a entrarnos un poco de intranquilidad... en infocaudales había bastante controversia de cómo bajaba el barranco (que "en su punto", que "divertido" que "cargadito", etc) y por último daban tormentas a partir del medio día, en fin, que al final 3 miembros no lo veíamos claro y decidimos desistir, aunque Kiko y Jairo más valientes, sí que se animaron.

Nosotros teníamos que buscar una alternativa cercana y posible, debido a la hora y al material que nos había quedado. La decisión fue acercarnos al Furco aunque Paco ya lo había descendido justo el día anterior (gracias Paco por repetirlo por nosotros).

Para llegar al Furco, desde la población de Broto dejamos el coche al lado de la carretera, en un hueco en que sólo caben 2 o 3 coches. En esta zon alguno había tenido un apretón (no se si por el miedo al barranco), pero que peste!! En fin, la gente podía ser un poco más respetuosa...

Desde el aparcamiento hay que ascender por una senda a mano derecha que en menos de media hora nos acerca al inicio del barranco. Una vez equipados, descendemos por el lateral de una presa donde unas cadenas nos ayudan en el descenso y luego otras cadenas nos permiten alcanzar la cabecera del primer rápel. Este rápel es el más espectacular. Después 2 rápeles más y un tobogán o salto de 8 metros, lo que cada uno prefiera (incluso ambas cosas ya que una cuerda permite ascender de nuevo).
Después de un par de horas llegamos a la final del barranco, donde una corta senda nos conduce a los coches.

Un barranco "sencillo" sin dificultades del cual disfrutamos un montón.

Luego unas jarras de cerveza helada (de estas que no se olvidan) nos sirvió para esperar al resto de compañeros a que volvieran de sus respectivos barrancos.