Esta vez el encargado de la instalación fui yo mismo. Es suficiente con una cuerda de 60 metros y unas 10 chapas para parabolts. Como es corta, decidimos visitarla en su totalidad. Primero descendimos el pozo principal sin demasiadas formaciones, luego durante el ascenso, Raquel y yo atravesamos la estrecha ventana que nos da acceso a una pequeña y delicada sala con formaciones. Este paso, la verdad es que costó más de lo que parecía en un principio, por su estrechez y su posición, justo en la vertical del pozo principal.
Seguimos con el ascenso desviándonos al otro pozo paralelo al pozo principal. Este pozo que algo más corto, tiene bellas formaciones en su base. Vale la pena su descenso.
En poco más de 2 horas con mucha calma ya estábamos los 3 fuera.
Como decía, en un principio no esperaba demasiado de esta cavidad, y al final que más interesante de lo que imaginaba. Una cavidad para combinar con cualquier otra de la zona.
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