Este domingo nos juntamos en Espadilla Raquel, Laia, Andrea y Toni, por un lado, y Carlos por otro. Hacía ya unos cuantos meses que no nos veíamos, y fue muy reconfortante volver a encontrarnos. El plan era hacer la vía ferrata de La Piqueta y, para completar el día, el barranco de Carboneras, que sigue el curso del río Pequeño (tan pequeño, que el barranco era seco casi por completo, y menos mal porque no íbamos preparados).
Aparcamos los coches al lado del polideportivo, donde hay un cartel explicativo de la ferrata, y en un abrir y cerrar de ojos nos plantamos en el inicio de ésta, que es muy corta, pero a la vez tiene algunos pasos un poco atléticos, por lo que iniciarse en el mundillo de las ferratas con ésta puede ser demasiado "emocionante" para algun@. También es muy vertical porque básicamente es una pared.
Una vez acabada la ferrata, cogimos la senda de regreso, pero sin llegar a los coches giramos a la derecha para ir hacia la cabecera del barranco, siguiendo la senda principal por la que se sube a la peña Saganta, y que al parecer es el antiguo camino de Espadilla a Áyodar.
Curiosamente, antes de llegar a la cabecera del barranco se atraviesa un túnel artificial con una reja que siempre está abierta, y que se excavó para pasar una tubería de agua.
El túnel de 30 metros, para el que no es necesaria luz |
El barranco es bonito, con rápeles fáciles y con mucha vegetación, que cuando nosotros fuimos no dificultaba la marcha. En el primer rápel había algo de agua, que pudimos evitar, y en el último había un buen charco; como no queríamos mojarnos, decidimos no hacerlo y escaparnos por la izquierda.
Así que, un buen día facilito con estas dos actividades que por sí solas se quedarían un poco cortas, pero que juntas se complementan muy bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario