Sumidero de Mata Asnos. Cuenca.

miércoles, 29 de julio de 2020

Sumidero de Mata Asnos. Cuenca.

Hace años que tenía muchas ganas de visitar esta cavidad y más tras el último "fracaso", aquí os dejo un enlace a la anterior entrada. Así que en el momento que surgió la oportunidad y después de solicitar los permisos necesarios nos fuimos Lolo, Fran Jose y Toni (yo mismo) dispuestos a llegar hasta el sifón terminal.

Por estas fechas no esperábamos encontrar agua en el barranco, y así fue, éste estaba totalmente seco a excepción de unas pequeños charcos a la entrada.

Empezamos con la instalación y una vez descendido el primer pozo comprobamos que el Paso de los Troncos estaba totalmente seco, por lo que pudimos superarlo sin dificultad. Habíamos cogido neoprenos por si era necesario pero no fue así, así que optamos por dejarlos para recogerlos a la vuelta.

Aún así, nos llevamos los shorties por si eran necesarios y por supuestos los escarpines imprescindibles.

Seguimos avanzando por el meandro con agua que en algún punto nos obligó a mojarnos casi hasta casi la cintura. El avance por el meandro se hace bastante penosos, pero no tiene demasiada dificultad.

Seguimos avanzando hasta los pasamanos, que pondrán a prueba nuestra pericia para evitar mojarnos, con pasos en oposición, pasos atléticos y pequeños pozos.

Toda la cavidad está instalada con químicos, y los pasamanos instalados con cuerda. Prever alguna cuerda por si fuera necesario reemplazar algún trozo deteriorado. Nosotros nos encontramos toda la instalación en buen estado.

Sin demasiados contratiempos fuimos avanzando hasta llegar al último pozo, un P20 que da paso a las galerías inferiores. Comprobamos que el lago inferior estaba totalmente seco. En este punto empezamos a tener bastante frío ya que durante el avance nos fuimos mojando bastante durante el recorrido, por lo que tuvimos que abrigarnos con el shorty.

Empezamos a recorrer la Galería Fósil hasta la Sala del Barco. Regresando de nuevo hasta la Sala del Lago recorrimos la parte activa, hasta llegar a los Gours donde decidimos dar por finalizada la visita y dar la vuelta.

Antes de empezar con el ascenso Fran ya se estaba quejando de un cansancio excesivo, por lo que lo achacamos a la falta de oxígeno. De hecho el ascenso se le hizo muy duro y pesado. El resto no tuvimos demasiados problemas, pero no se si fue algo subjetivo, o por el cansancio acumulado, o fue realmente una falta de oxígeno pero también fue más lento de lo acostumbrado para un pozo de sólo 20m.

Como siempre el regreso se hizo más corto y después de 6 horas y media estábamos todos fuera de la cavidad.

Una cueva de las más interesantes de Cuenca, que sin duda bien vale su visita.

Es una cueva durilla, por lo incómodo de su avance, por el agua, los pasamanos atléticos y quizás por la falta de oxígeno. Nos gustó mucho.