sábado, 27 de abril de 2019

Barranco del Manzano. Ludiente, Castellón

Había llovido mucho en Castellón la semana pasada, y vimos unas fotos del barranco  en la que se veía con agua el gran salto de 45 metros, así que para allá que nos fuimos Raquel, Toni, Paco y Carlos. Este barranco tiene una aproximación o retorno (según lo dejemos para el principio o para el final) que quita el hipo: más de 10 kilómetros de pateo de los cuales además varios son por asfalto, así que no hacer combinación de coches es un palo. Pero como éramos sólo cuatro y no queríamos coger dos coches, decidimos hacer una locura: nos llevamos una bicicleta para dejarla encadenada a un pino a la salida del barranco, y usarla así para volver a recoger la furgo. El problema es que son unos cuantos kilómetros, y más de 400 metros de subida, que se dice pronto.
Empezamos el barranco por el punto típico de comienzo de la mayoría de la gente, en las cercanías del mas de la Cervera, que incluye la parte más deportiva, pero luego caímos en que se puede empezar bastante más arriba, siguiendo esta topo sacada del enlace http://cavitats-subterranies.blogspot.com/2015/05/topografia-del-barranc-del-mancano.html:


Después de buscar en internet no hemos encontrado un track en el que se indique de dónde comenzar exactamente, ni cómo llegar. Sólo sabemos que se comienza antes de llegar al Ullal del Manzano.

Teníamos un poco de miedo que ya no bajara agua (hacía ya 8 días desde que había llovido), así que nos alegramos cuando llegamos al lecho del barranco y vimos que aún bajaba. Nos enfundamos los neoprenos, arneses y demás, y comenzamos con los saltos iniciales de 5 metros cada uno, con agua fresquita pero no helada:



Pero desgraciadamente, pasó lo inesperado... De repente el agua desapareció, filtrada en algún sitio, y cuando llegamos al rápel de 15 metros, nos encontramos la poza repleta de agua, pero sin cascada ni agua corriente. Y la gran cascada de 45 metros se veía ya más adelante, también seca como la mojama. Evidentemente, habíamos llegado varios días tarde. En cualquier caso, las pozas tenían agua cristalina, lo cual da gran belleza al barranco, además de permitir refrescarnos porque el día era caluroso.

Paco montó un pasamanos recuperable hasta la cabecera del rápel de 15 metros, y bajamos rapelando todos, aunque vimos a gente que lo saltaba.

Montando el pasamanos recuperable

R15

A continuación llegamos al salto de 45 metros que se fracciona en una rampa de 15 metros + 30 metros de caída vertical, y que impresiona (al menos a mí, que soy un poco cagueta). En las descripciones se menciona que en la repisa donde se fracciona caben 2 personas, y bueno, sí, pero justitos. De nuevo Paco instaló los dos rápeles, y a continuación bajamos Raquel, Carlos y Toni. Aprovechando que no caía agua bajamos usando el Stop o con ocho + Shunt para tener más seguridad en la vertical.

Paco bajando por la rampa de 15 metros que da acceso a la reunión del salto de 30 metros

Raquel en el fraccionamiento

Una vez abajo, se veía claramente cómo el barranco había perdido agua a la carrera: ¡la diferencia entre el nivel actual de la poza y la marca de agua era de más de 2 metros! Este es pues un barranco al que hay que venir rápidamente después de lluvias, porque desagua muy pronto. Dejar pasar 7 días es demasiado tiempo.

El salto de 30 metros, se ve claramente el nivel de agua perdido en apenas una semana

Rapelamos después los dos saltos restantes de 5 y 15 metros, muy bonitos, aunque también secos (el de 5 tiene una poza evitable por la derecha), y finalmente recorrimos el tramo final de resaltes, toboganes y pozas, que estaba totalmente seco (ni siquiera las pozas tenían agua).

R15 final

Llegamos al río Villahermosa sudando debajo del neopreno y nos refrescamos en él. Recuperamos la bici, y Paco fue el encargado de dejar a Indurain a la altura del betún, yendo a la furgo y volviendo a por nosotros en aproximadamente hora y media. Hay que avisar que él hace bastante bici de montaña, así que ese tiempo puede ser algo engañoso, ¡no os confiéis!

Poniéndonos a remojo en el río Villahermosa

Resumiendo, nos los pasamos bien, pero con más agua lo habríamos pasado genial. Además se nos hizo algo corto, por lo que quizás habría sido mejor empezar por la parte alta del barranco y no por el sitio típico. Habrían sido 2 rápeles más, y quizás con agua ya que era curioso que el barranco tuviera agua en la parte alta y no en la baja, cuando suele pasar al revés. En cualquier caso, no descartamos volver en el futuro, pero dejando pasar menos tiempo después de lluvias, para pillarlo así pletórico de agua.

Acabamos la jornada comiéndonos un estupendo bocadillo en un bar en Fanzara, que por cierto es un pueblo muy interesante con todos sus graffitis/murales en las casas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario