jueves, 13 de abril de 2017

El Taillón, Pirineos

Esta Pascua se ha dado la rara conjunción de quedarme de Rodríguez y que hiciera buen tiempo, así que para aprovechar Vicente y yo nos fuimos a subir al Taillón. Como la previsión de la meteo era de muy buena el jueves santo, buena el viernes y regular el resto de días, hicimos la locura de salir de Valencia el jueves antes de las 4:00 am con la idea de hacer cima ese mismo día. La montaña y nuestro físico dejaría las cosas en su sitio más tarde.

Total, que empezamos a andar desde Bujaruelo ya antes de las 9:00, hechos una caca, por supuesto, pero la ilusión lo puede todo. Además nada más empezar pusimos un ritmo demasiado vivo, y en breve empezó a molestarme ligeramente un gemelo, hay que tener mala suerte... Pero bueno, era poca cosa e íbamos a buen ritmo. Un poco antes de salir del bosque metimos la gamba porque la senda estaba ahí un poco liosa, pero finalmente llegamos al punto en el que empezaba la nieve continua y nos pusimos los crampones más por comodidad que por seguridad.

A 1.800 metros ya había nieve continua, y de momento a la sombra

Seguimos subiendo a buen ritmo hasta que apareció ante nosotros la larga subida final al puerto de Bujaruelo. Desgraciadamente gran parte estaba ya al sol, y la nieve que hasta entonces había estado perfecta pasó a estar blandurria. Intentamos pisar por la sombra, pero cuando llegamos arriba del puerto nos habíamos calentado pero bien.

En el puerto no había nadie (la carretera del col de Tentes estaba sepultada por la nieve), así que comimos algunos frutos secos y continuamos la marcha. En este punto seguimos unas huellas de esquí que flanqueaban sin ganar altura, pero fue una decisión equivocada porque está un pelín expuesto; es mejor meterse más hacia la derecha, aunque haya que subir más al principio. El calor que hacía estaba dejando la nieve muy pesada, con lo que cual lo que se suponía una subida suave desde el puerto de Bujaruelo hasta la subida final al refugio de Sarradets se convirtió en un esfuerzo físico importante. Menos mal que las vistas a la cara norte del Taillón y los Gabietos compensaban con creces... Y por cierto me parece impresionante que la gente suba al Taillón por ahí.

El Taillón por su cara norte... Infinitamente más difícil que la cara sur
Llegamos finalmente a la subida final hacia Sarradets. Antes de llegar hay un flanqueo algo expuesto, pero la alternativa era dar un rodeo al espolón rocoso que hay, lo que significaba perder metros que luego habría que subir, así que hicimos el flanqueo. Con piolet y crampones se pasa bien, pero me asombra que los esquiadores pasen con esquís.

Y finalmente a las 13:00 llegamos al espectáculo... Primero a la derecha apareció ante nosotros el glaciar del Taillón, con su cascada de hielo azul-verdoso, superguay. Luego a nuestras espaldas empezamos a ver en la distancia el Vignemale, impresionante. Y para culminar, ver aparecer el refugio de Sarradets medio enterrado en la nieve y con todo el circo de Gavarnie y los tresmiles que lo coronan, indescriptible, hay que estar allí.

El glaciar del Taillón, con su impresionante cascada de hielo

El Vignemale, impresionante desde cualquier punto

Y por fin Sarradets y Gavarnie... Lástima que el nuevo edificio anexo sea horrible, ya veremos el resultado final

A la parte libre del refugio se entra rodeando todo el refugio por la derecha y buscando una ventana a la que se accede mediante una escalera metálica que está cogida a la pared, muy pintoresco.

La pintoresca entrada

Menuda ventana birriosa, y menuda vista que se tiene desde aquí
Dentro hacía frío, pero aún así comimos algo bastante cómodamente sentados en las mesas y bancos que hay, y a continuación fuimos a ver la zona de literas, a la cual se accede mediante otra escalera que entra por un agujero muy estrecho en el techo (supongo que para evitar caídas desde arriba). Como no había nadie, cogimos las literas que más nos gustaron, aunque estaban todas bastante bien.

La trampilla que comunica el comedor inferior con el dormitorio arriba

Estábamos ya muy cansados y la subida a la brecha de Roland parecía muuuuy larga tal y como estaba la nieve. Además el otro lado era cara sur, y desde la brecha al Taillón tampoco es corto, así que finalmente claudicamos y decidimos hacer cima al día siguiente. Nos echamos una siestecita, y después tuvimos la feliz idea de bajar un poco hacia Gavarnie para ver más de cerca la gran cascada. Sin tener que bajar una barbaridad llegamos a un punto desde el que se veía toda la cascada, el fondo del circo y Gavarnie. ¡Qué pasada!


La gran cascada, 400 metros de arriba abajo, ¡qué pasada!

El Marboré, estuvimos allí hace unos cuantos años ya

Pensábamos que íbamos a dormir solos, pero a última hora (ya de noche) llegaron algunas personas, unas seis en total. Con el atardecer entraron algunas nubes que se quedaron enganchadas en la zona del Casco y la brecha, y nos fuimos a dormir preguntándonos si al día siguiente aún estarían ahí. Pero afortunadamente a la mañana siguiente estaba totalmente despejado. Aproximadamente al alba (6:30) comenzamos a subir hacia la brecha, con el alivio de que mi gemelo no protestaba como el día anterior, y que la nieve en estos momentos estaba bastante dura y se subía superbien. Llegar a la brecha y pasar al otro lado entre tanta nieve fue casi mágico.

El refugio se queda abajo conforme subimos hacia la brecha

Vista al lado español desde la brecha

El Casco, que nos dejamos para otra ocasión

Pasamos de largo la punta de Bazillac, en la cual hay algunos abrigos que eran nuestro sitio de dormir de emergencia en caso de que el refu hubiese estado chapado, rodeamos el Dedo por la izquierda, y finalmente llegamos a la loma cimera del Taillón, desde donde ya se veía la cima.

En la loma cimera, desde aquí el camino a la cima es una paseo

Desde ahí hasta arriba es un plisplas, y coronamos a eso de las 8:45. La sensación era indescriptible: todo rodeado de nieve, tantas montañas "ilustres" a nuestro alrededor, y encima nosotros solos porque el resto de gente había madrugado menos.

Taillón, 3.144 metros

La cima desde un poco más abajo

Estuvimos un buen rato en la cima, y finalmente empezamos a bajar a las 9:30, pero no por el mismo sitio, sino por una loma paralela a la principal desde la cual hay una buena vista del Taillón y del Dedo.

El Dedo y la Punta Bazillac

Un poco antes de llegar de vuelta a la brecha la nieve ya empezaba a estar pesada, y no tuvimos ganas subir al Casco, que era otra opción, por lo que nos fuimos directamente para abajo, parando antes a recoger trastos en el refugio. De nuevo el día había salido caluroso, pero bajando el estado de la nieve no era tan importante.

Echando una mirada hacia atrás al puerto de Bujaruelo. Ayer sudamos para subirlo

A eso de las 14:15 llegamos a Bujaruelo, que estaba llenísimo de gente, y nos refrescamos un poco en el río (el agua estaba helada) antes de meter todo en el coche e irnos de vuelta Valencia. El sábado daban peor tiempo, y así fue. Si no, nos habríamos quedado más días.

El bonito puente románico de Bujaruelo

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