Después de esperar casi todo el invierno, por fin había llegado el día.
Como se suele decir, esquiar es como montar en bicicleta, y así fu, nada más ponerse los esquís las nenas ya estaban haciendo giros y recuperando sensaciones. Algo de nervios al principio pero que desaparecieron en 1 minuto. Después todo fue disfrutar, con la buena nieve y sol.
Un día magnífico, en el que por primera vez disfruté y pude esquiar junto con mis hijas. Bajan como flechas ;-)
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