De nuevo nos fuimos a tierras cántabras a recorrer esta travesía.
No voy a realizar una descripción de la travesía, para ello hay documentos que la describen en detalle y de forma excelente.
Los primeros posos no están instalados, por lo que hay que llevar cuerdas. El laminador vertical es estrecho, muy estrecho, así que paciencia y poco a poco, ya que son unos metros. Es cierto que una vez superado y una vez accedemos al meandro, corre una brisa que al cabo de un rato, mientras esperas a los compañeros se nota el frío. Después se lleva bien. No hay agua en todo el recorrido (o casi), preveed el agua necesaria.
Es una travesía durilla, meandro y más meandro, con pasamanos desfondando en algún punto algo atléticos. Sin apenas formaciones y con algunos pasos estrechos. Sinceramente, no es de las travesías que más me han gustado, aunque es interesante deportivamente hablando, como ya he dicho no tiene a penas formaciones y es totalmente seca. La travesía está toda balizada, aunque es difícil perderse, sólo hay que seguir el meandro...
Por otro lado, desde aquí agradecer el gran trabajo que ha hecho el Viana, reinstalando, e instalando en fijo pasamanos y pasos aéreos que antes no estaban asegurados. Así, da gusto...
A nosotros (un grupo de 6 espeleólogos) nos costó 7 horas y media de boca a boca (contando una parada para comer), a ese tiempo tenemos que añadir el tiempo de aproximación a la boca y retorno.
Por cierto, la aproximación y retorno preciosos, por un hayedo espectacular. Muy bonito.
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Posando en la boca |
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Entrando |
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Los primeros pozos |
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Pasamanos de acceso al laminador vertical (en fijo) |
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Saliendo del laminador |
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Meandro... |
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Algún paso estrecho |
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Más meandro |
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Zona más cómoda |
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Casi al final tenemos grandes salas |
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Boca de salida |
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Foto de grupo (casi completo) en la salida |