Salimos del camping El Puente en las afueras de Rodellar a eso de las 7:15, y ya en el pueblo enfilamos la ruta hacia el Mascún, más o menos hasta cruzar el famoso arco del delfín, momento en el cual nos tiramos a la izquierda por una senda pedregosa con subida constante. La aproximación no tiene desperdicio, es magnífica ya por sí sola, pasando al lado de paredes rocosas impresionantes, un dolmen, y el pueblo e iglesia abandonados de Nasarre, que se puede visitar por dentro. Hasta aquí la ruta es por terreno cómodo (aunque con bastante subida), y a partir de este punto empieza a bajar a saco por sendas menos evidentes, poniendo a prueba nuestras rodillas.
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Bajando de Rodellar al lecho del río Mascún |
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Ya de subida |
En el dolmen, aquí ya llano y para abajo |
Dado el esfuerzo que requiere hacer este barranco, únicamente nos encontramos otros dos barranquistas justo al llegar al principio del barranco, y ya no los vimos más en todo el día. Una gozada tratándose de Guara.
El barranco es impresionante y precioso, y en general tiene bastantes zonas de nadar, así que sólo pasamos calor al principio (y había temperaturas de más de 32 grados). Desde mi poca experiencia, en general no tiene muchos saltos, unos pocos rápeles no especialmente difíciles, muchas badinas donde hay que nadar, y algunos caos de bloques donde había que ir buscando el mejor paso. El barranco es a ratos engorgado, pero sin llegar a ser muy estrecho en ningún punto.
Comimos un poco antes de llegar al inicio del barranco de Barrasil, que empieza donde acaba el Gorgas Negras, y ahí precisamente nos costó encontrar un rápel instalado en una raíz de un árbol, bastante alejado de lo que parecía el sitio natural.
Una vez llegamos al Barrasil ya avanzamos más rápidos, buscando sendas por las orillas, para ahorrar tiempo, y finalmente nos pasamos un buen rato atravesando las larguísimas badinas que tiene este barranco, y asombrándonos de las numerosas y jodidísimas vías de escalada que hay en las paredes, y de las balsas hinchables que usan los escaladores para llegar a ellas.
Ya en el Barrasil, las balsas de los escaladores |
Badinas enormes, nadamos un montón |
Pasamos al lado de donde desemboca el Mascún inferior, y una vez acabada la interminable badina final, por senda casi sin esperarlo llegamos al puente medieval que está al lado del camping, aproximadamente a las 20:15, con lo cual estuvimos de marcha unas 13 horas, de las que 3 y media fueron de aproximación y el resto del barranco. Tantas horas, que incluso acabé con rozaduras por el neopreno en la parte posterior de las rodillas.
Resumiendo, un barranco muy bonito y salvaje, no difícil técnicamente pero muy largo y no excesivamente estrecho, ni especialmente divertido de hacer (a mí me agobió un poco a ratos el pensar lo mucho que quedaba por delante). Cuidado con las horas de luz disponibles para que no se nos haga de noche, y es recomendable estar en buena forma y llevar bastante comida y agua.
Nosotros lo hicimos con un nivel de agua un pelín por debajo de lo normal. Se puede consultar el nivel del río Alcanadre, que es el del barranco, en la página https://www.saihebro.com/tiempo-real/estacion-aforos-A091-alcanadre-lascellas. El nivel normal es 2 m3/s (1 es bajo, y 3 es alto).
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