Grupo αlfa - Espeleo La Brecha: abril 2013

Ya hacía más de un año que no me acercaba a Pirineos a intentar algún 3000, y más aún desde que hice mi última invernal en la que por pocos metros no pudimos hacer cumbre. Después de tener que retrasar el viaje por diversos motivos (sobre todo meteorológicos) por fin parece que el tiempo y los aludes nos dan una tregua. En principio íbamos a ser 3 componentes, pero en el último momento Carlos no lo veía del todo claro y se echó para atrás (a la próxima no nos fallará y se vendrá aunque sea cogido de las orejas), así que para allá salimos el otro Carlos y yo (Toni).

La primera noche la hicimos en el refugio de Conangles situado en la boca sur del túnel de Vielha. Allí coincidimos con algunos montañeros preparados para hacer ski de travesía (esto lo tengo que probar). Bastante frío (estaba nevando) para la época del año.

Al día siguiente, empezamos la ruta sobre las 8:30. La idea era llegar al refugio de Mulleres para hacer allí noche. No hacía un día demasiado bueno, estaba nublado, nevaba de vez en cuanto y hacía algo de viento, pero en teoría las condiciones irían mejorando a lo largo del día... (no fue así).

Sobre las 9:30 empezamos a caminar por el valle de Mulleres con las raquetas, la verdad es que este año los Pirineos están de nieve como nunca! Una vez llegados al circo de Pleta Nova (1960m) tomamos el "camino" de la derecha que por lo que leímos es un poco más tendido, aunque hay un flanqueo con el que hay que tener mucho cuidado. En cuanto empezó la pendiente, cambiamos las inútiles raquetas por los crampones y poco a poco y con mucha prudencia fuimos superando el flanqueo que impresiona bastante.

Sobre las 13:30 y con mucho frío llegamos al refugio de Mulleres (2370m) donde íbamos a pasar la noche. El refugio es magnífico, con una capacidad de 18 personas, así que nos sobraban 16 camas, es decir estábamos solos. La idea era, después de descansar y coger fuerzas, disfrutar del paisaje y de los alrededores, pero el viento, la nieve que caía y el frío nos hicieron desistir de salir del refugio. Incluso dentro de éste estábamos con toda la ropa de la que disponíamos (hubo un momento que hasta tuve que meterme dentro del saco). En fin, la espera hasta la hora de dormir se hico interminable...

A la mañana siguiente al asomarnos por la ventana vimos que hacía un día expectacular!!! El viento había parado y no se veía ni una nube. Así, que sobre las 8 nos pusimos en marcha. En el horizonte se veía claramente nuestro objetivo: El Tuc de Mulleres que estaba sólo a unos 700m de desnivel y que el día anterior no habíamos podido ver ya que se encontraba cubierto por las nubes.

Iniciamos la aproximación con fuerte desnivel y abriendo huella (tiene su encanto ser el primero que pisa la nieve virgen). Poco a poco y clavando bien con el piolet (los desniveles son importantes) nos fuimos acercando al collado de Molleres al norte del pico. Tras un último esfuerzo y sin mirar demasiado la pendiente (un resbalón nos haría caer bastantes metros) por fin llegamos al collado.

Para el ascenso al Tuc, lo mejor es atravesar el collado descendiendo unos pocos metros y abordarlo por su cara oeste, que sin ninguna complicación nos permite alcanzar su cima, así que a las 10:30 hicimos cumbre (3010m)!!!!!!! Mi primer 3000 invernal!!!!!

Las vistas de los Pirineos ese día eran impresionantes, es un sitio privilegiado para disfrutar de las vistas del Aneto con su cada vez más deteriorado glaciar (incluso se veía la gente subir). Tras comer algo iniciamos el descenso y cruzamos sin problemas el collat d'Alfred que nos separa del valle del Riu Nere y por donde continuamos el descenso.

Que cantidad de nieve! El descenso por este precioso valle no tiene ningún tipo de dificultad, ayudados por el GPS y por la huellas de los esquiadores que nos encontramos durante la bajada vamos perdiendo altura poco a poco. Tras 4 horas, ya se va notando el cansancio, mi tobillo empezó a resentirse del esguince que me había hecho ya hace algún mes y que hizo que me fallara y tuviera alguna que otra caída sobre la nieve sin consecuencias. Tras 1400m de desnivel por fin, empezamos a andar sobre "tierra" algo que al principio se hace extraño, después de dos días pisando sobre blanco. Seguimos un poco la pista y comimos al lado del río Nere (el río no lo habíamos visto en todo el recorrido, ya que se encontraba cubierto por algún que otro metro de nieve).

Después de la comida, continuamos andando por la pista forestal hasta llegar a la carretera (16:00), cerca de la boca norte del túnel. Allí sacamos los carteles que habíamos traído desde Valencia con el texto: "Només creuar el túnel" para ver si un alma caritativa nos recogía, en poco tiempo una pareja de esquiadores de Lleida nos hizo el favor (Gràcies).

Trastos al coche, y vuelta a València.

Un viaje para recordar.